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martes, 28 de junio de 2016

LA SABIDURÍA DEL MENDIGO Y SU PERRO...CADA HISTORIA DEJA UNA LINDA Y POSITIVA ENSEÑANZA DE VIDA...


La sabiduría del Mendigo      Serafín era un viejo mendigo que deambulaba por las calles de la ciudad. A su lado, su fiel escudero, un perro callejero que entendía por el nombre de Moteado.
Serafín no pedía dinero. Aceptaba siempre un pan, un banana, un pedazo de torta o un almuerzo hecho con las sobras de comida de los mas ricos.
Cuando su ropa ya no daba mas, siempre era socorrido por algún alma caritativa. Cambiaba su apariencia y era el blanco de las bromas. Serafín era conocido como un hombre bueno , que había perdido la razón, la familia, los amigos e incluso la identidad.
No bebía bebida alcoholica, estaba siempre tranquilo, incluso cuando no había recibido ni un poco de comida. Decía siempre que Dios le daría un poco en la hora precisa, y siempre en la hora que Dios determinaba, alguien le regalaba una porción de alimentos. Serafín agradecía con reverencia y oraba a Dios por la persona que lo ayudaba.
De todo lo que le daban o encontraba, le daba primero a Moteado que paciente, comía y se quedaba esperando por un poquito mas. No tenían donde dormir; en donde anocheciera, ahí dormían. Cuando llovía, buscaban abrigo debajo del puente, y ahí el mendigo quedaba meditando con la mirada perdida en el horizonte.
Aquella figura me dejaba siempre pensativo, pues yo no entendía aquella vida vegetativa, sin progreso, sin esperanza y sin un futuro prometedor.
Cierto día, con la disculpa de ofrecerle unas bananas, fui a conversar un poco con el viejo Serafín. Inicie la conversación hablando de Moteado, le pregunte que edad tenia el perro, cosa que Serafín no sabia. Decía no tener idea, pues se encontraron un día cuando ambos andaban por las calles y me dijo:
Nuestra amistad comenzó con un pedazo de pan. El parecía estar hambriento, yo le ofrecí un poco de mi almuerzo y el lo agradeció moviendo el rabo. Desde entonces no me ha abandonado. El me ayuda mucho y yo le retribuyo esa ayuda siempre que puedo.
Curioso pregunte: - Como ustedes se ayudan? El me vigila cuando estoy durmiendo; nadie puede acercarse, porque el ladra y ataca. También cuando el duerme, yo quedo vigilando para que otro perro no lo incomode.
Continuando la conversación, pregunte: Serafín, usted tiene algún deseo en la vida? Si, respondió el  tengo deseos de comer un perro caliente, de aquellos que Teresa vende allí en la esquina. -Solo eso? - le dije. Si, en este momento es solo eso lo que deseo. -Pues bien, voy a satisfacer ahora ese grande deseo.
Salí y compre un perro caliente para ese mendigo. Regrese y se lo entregue. El abrió sus ojos, me dio una sonrisa, agradeció el regalo y enseguida saco la salchicha, se la dio a Moteado y el se comió el pan con el aderezo.
No entendí aquel gesto del mendigo, pues imaginaba que la salchicha era el mejor pedazo. No me contuve y le pregunte intrigado: Por que usted le dio a Moteado la salchicha?
El con la boca llena respondió: Para el mejor amigo, el mejor pedazo! Y continuo comiendo, alegre y satisfecho. .
Me despedí de Serafín, pase la mano por la cabeza de Moteado y salí pensando... Aprendí que es bueno tener amigos. Personas en quien podamos confiar. Por otro lado, es bueno ser amigo de alguien y tener la satisfacción de ser reconocido como tal.
Jamas olvidare la sabiduría de aquel ermitaño: "PARA EL MEJOR AMIGO, EL MEJOR PEDAZO“ ! Autoria: Innocêncio de Jesús Viégas 

El mendigo y su perro from Priscilla Reina

No hay silencio que DIOS no entienda, ni tristezas de las que Él no sepa. No hay amor que Él ignore, ni lagrimas que no valore….. porque Él te ama.
Agradece a Dios por cada momento de tu vida. Si es bueno será un buen recuerdo, si es malo una gran experiencia.
No importa si el mundo entero te deja solo, Dios NUNCA te va a abandonar.
El mejor atuendo, una sonrisa; el capital más grande, la fe; la fuerza más poderosa, el AMOR.
Del tamaño de tu Fe, así serán las bendiciones que Dios tiene preparadas para tu vida.


Que Dios te haga tan fuerte que nadie pueda herirte, tan grande que todos quieran alcanzarte y tan humilde que todos quieran imitarte.

Nunca dejes de ayudar con amor a quienes necesitan, todo lo que compartes hoy... Dios y la vida se encarga que regrese a ti multiplicado, no hay nada mas lindo que compartir amor...